Cabezabellosa – Comarca de Trasierra – Tierras de Granadilla
Perteneciente a la Comarca de Trasierra – Tierras de Granadilla, Cabezabellosa se localiza al norte de la provincia extremeña de Cáceres, entre los valles del Jerte y del Ambroz.
Los municipios vecinos más cercanos son: El Torno, Villar de Plasencia, Oliva de Plasencia, Plasencia y Jarilla.
La privilegiada situación de Cabezabellosa, en las estribaciones de los montes de Tras la Sierra, permite unas magníficas vistas de los valles del Jerte y del Ambroz. Ubicada en un paraje de robles centenarios, encinas y castañares, está rodeada de verdes prados y casitas de heno. Hay restos de un emplazamiento romano así como del palacio de la familia Carvajal, fundadora de Cabezabellosa. Sobresalen la iglesia de San Lorenzo, del siglo XVII, con varias tumbas de piedra, así como tres ermitas: San Antonio y los Mártires, ambas de estilo barroco, y la de la Virgen del Castillo, situada en un promontorio, que contiene un bonito retablo del siglo XVIII.
Al pasear por los alrededores del pueblo descubriremos varias gargantas espectaculares. En dirección al Torno se eleva el Roble Romanejo o del Acarreado, una especie protegida catalogada como árbol singular de Extremadura.
Desde el vértice del Pitolero se puede apreciar la llanura extremeña en toda su magnitud y, en los días claros, se llega a ver la ciudad de Cáceres. Sus limpias aguas todavía se transportan hasta Plasencia a través del acueducto medieval. Cabezabellosa destaca en el ámbito gastronómico por tres productos extraordinarios de elaboración propia: el jamón, el aceite de oliva virgen extra y las cerezas.
Monumentos de Cabezabellosa / Qué ver y visitar
Lavaderos
Plaza Mayor
Pico Pitolero
Ayuntamiento
Pilas vettonas
Cerro del Buho
Arquitectura Local
La Cañera y el Pontón
Ermita de Los Mártires
Tumbas antropomorfas
Ermita de Ntra. Sra. del Castillo
Iglesia Parroquial de San Lorenzo
Roble del Acarradero o de Romanejos
Ermita de San Antonio: situada originalmente en las afueras del pueblo, su cabecera está orientada al este y la entrada al oeste. Esta última se halla precedida de un soportal porticado, recorrido en todo su perímetro por un muro bajo y, alrededor, un banco de cantería de granito corrido donde parece ser que a veces los más necesitados se resguardaban de la interperie.
La fábrica fue costeada por las limosnas de sus devotos, y la imagen diociochesca de San Antonio de Padua ha gozado siempre de una gran estimación. Fueron benefactores de este santuario entre otros, Ansano de Carvajal y Pacheco, señor de Torre Cardela (Granada) y último representante de la línea de varonía de los Carvajales extremeños o la condesa consorte de la Oliva de Plasencia, Luisa de Vargas Carvajal.
La ermita, como toda la población, sufrió el saque de las tropas francesas entre 1890 y 1810
La vinculación de San Antonio como protector de los animales nos remita a la ubicación del templo, localizado en el antiguo ejido de la localidad. Espacio de tierra de uso público que lindaba con ella, que no se solía labrar, y en donde se reunían los ganados o se establecían las eras.
Palacio de los Carvajal: entre el vecindario de Cabezabellosa, y desde el siglo XVI, se constata la presencia de un linaje hidalgo, el de los Heros, Eros o de los Eros. Éstos últimos estuvieron avencindados en Cabezabelloaa y en la cercana localidad de Casas del Monte, siendo considerados hijosdalgo de sangre notorios.
Comunicaba el anterior de la villa con una de sus salidas, la denominada de umbría, donde aún se ubica un antiguo crucero de granito del que se tienen noticias documentadas desde al menos la primera mitad del siglo XVII.
También la población fue lugar de esparcimiento del conocido linaje de los Carvajal de Plasencia, muy vinculados al lugar, quienes poseyeron una casa palacio y una casona, ambas profusamente blasonadas con los escudos de armas del linaje placentino de los Carvajal-Girón y de algunos de sus entronques (siglos XVI-XVII).
El palacio fue experimentando diversas modificaciones a lo largo de su historia dividiéndose finalmente en varias viviendas particulares. Transformaciones que no han impedido que el conjunto continúe manteniendo la presencia de su distinguido origen.
Destacan aún algunos elementos originales tal y como el muro exterior, el típico empedrado de rollos en algunas de las estancias interiores, presencia de dinteles de granito de nobles proporciones, la reja del siglo XVII situada en el balcón de esquina, restos de la canalización de agua tallada en piedra, etc. El palacio llegó a contar también con un oratorio que ya no se conserva.
Gastronomía
- Calderetas de cabrito
- Migas extremeñas
- Hornazo belloso
- Tasajo
- Productos de la matanza
- Perrunillas, bola dulce, rizos, rosas, buñuelos y harabellacos.
Fiestas y Tradiciones
- San Lorenzo (10 de agosto)
- Virgen del Castillo (8 de septiembre)
- Encuentro del Hornazo Belloso (sábado de Semana Santa)
- Jornada del Cabrero (otoño)
Cómo llegar
En Autobús: la estación más cercana de encuentra en la localidad de Casas del Monte, unos 8 kilómetros.
En tren: la estación más cercana se encuentra en Plasencia, a unos 15 km de Cabezabellosa.
En coche: se puede acceder en coche desde las localidades vecinas de Villar de Plasencia, Jarilla, El Torno, Oliva de Plasencia, Casas del Monte, Casas del Castañar, etc..
Distancias
Rebollar 13 km
Cáceres 100 km
El Torno 7,4 km
Oliva de Plasencia 20 km
Villar de Plasencia 7,5 km
Casas del Castañar 19 km
Senderismo
Senda del Mirador de la Ermita del Castillo
Distancia (ida): 0,46 km.
Tiempo estimado: 10 minutos
Tipo de ruta: lineal
Altura máxima: 863 m.
Altura mínima: 810 m.
Desnivel positivo: 65 m.
Desnivel negativo: 22 m.
Pendiente media: 7 %
La subida al Cerro del Búho o del Castillo, donde se localiza el mirador, es un recorrido corto que no llega a los 0,5 km, aunque mantiene un desnivel constante, como se aprecia en su perfil, que implica cierto esfuerzo. En cualquier caso las impresionantes vistas del mirador bien merecen abordar esta corta ascensión pues a nuestros pies se extenderán las comarcas de Valle del Alagón, Trasierra-Tierras de Granadilla y Valle del Ambroz, rematadas en el horizonte por las montañosas Sierra de Gata y Las Hurdes. Eso en cuanto a uno de los “brazos” del mirador, porque el otro mira directamente hacia la localidad de Cabezabellosa (cuyo amplio término municipal llega hasta el Embalse de Plasencia en la Comarca del Valle del Jerte) y al Pitolero, el pico que con sus 1352 metros la enmarca y que forma parte ya de la zona de especial conservación (ZEC) Sierra de Gredos y Valle del Jerte, integrada en la Red Natura 2000 europea.
En cuanto al recorrido, discurre entre afloramientos graníticos que se hacen más visibles y prominentes a medida que nos acercamos al Cerro del Búho, y robles melojos (Quercus pirenaica), algunos de ellos, especialmente al principio, de imponente porte. Es por tanto un hábitat idóneo para observar aves forestales como arrendajos (Garrulus glandarius), pinzones comunes (Fringilla coelebs), trapadores azules (Sitta europea), agateadores comunes (Certhia brachidactila), oropéndolas (Oriolus oriolus), pequeñas rapaces como el gavilán (Accipiter nisus) y otras nocturnas, como su propio nombre indica.
Ya muy cerca de la cima se localiza la Ermita del Castillo, un interesante edificio levantado sobre los restos de una antigua construcción defensiva con un atractivo retablo del siglo XVIII en su interior que representa el árbol de Jesé o genealogía de Cristo. Como no podría ser de otra forma en Cabezabellosa por su historia pastoril, cuenta la tradición que la Virgen se le apareció a un cabrero de la localidad, indicándole el lugar en el que se hallaba oculta su imagen y pidiéndole que allí levantaran una ermita.
Mirador de la Ermita del Castillo
El Mirador de la Ermita del Castillo, en esta localidad de Cabezabellosa, es probablemente uno de los oteros más espectaculares del Norte de Cáceres, ya que permite observar la estructura noroccidental de este territorio enmarcada por las abruptas comarcas de Sierra de Gata y Las Hurdes, con las de Valle del Alagón, Trasierra-Tierras de Granadilla y Valle de Ambroz a sus pies. Esta última, en la que se integra el propio municipio de Cabezabellosa, se extiende plácidamente entre los montes de Tras la Sierra (en la que nos encontramos y que vienen a ser la divisoria con el Valle del Jerte) al este, formados por las últimas estribaciones meridionales del Sistema Central, y las mencionadas Hurdes y Sierra de Gata al oeste y al norte.
Por el centro de la comarca cabalga el río Alagón, que se abre paso hacia sus vegas más sureñas y paralelo al cual discurre la Vía Verde de la Plata, auténtico eje vertebrador de esta bella tierra, sobre la que se levanta imponente el arco cuadrifronte de la ciudad romana de Cáparra, su imagen más reconocible.
La villa de Granadilla, hoy despoblada tras la construcción del Embalse de Gabriel y Galán, dominaba históricamente la mayor parte de este territorio, que hoy sigue vigilando desde su inmejorable atalaya finalmente a salvo de las aguas, y que se ha convertido en su principal reclamo turístico; visitar su castillo y pasear el algarve de su muralla es una experiencia que nadie quiere perderse.
A su alrededor y ocupando buena parte del centro de la comarca, se extiende el mencionado Pantano de Gabriel y Galán, cuyas características y equipamientos, incluido el Centro Internacional de Innovación Deportiva “El Anillo”, lo ha convertido sin duda en el referente para la práctica de deportes náuticos de la provincia, con una amplia oferta para la navegación y el turismo acuático.
La comarca es también un lugar privilegiado para la práctica de actividades en la naturaleza como el birding, y especialmente para el senderismo y el cicloturismo, ya que cuenta con una solvente red de senderos y un centro MTB, a la que habría que sumar la Vía Verde de la Plata, sobre la antigua plataforma del ferrocarril Astorga-Plasencia, y la propia Vía de la Plata, que se ha convertido en uno de los caminos de peregrinaje a Santiago de Compostela más utilizados.
Sus amables características orográficas y climatológicas han propiciado además que sea de las principales productoras de aceituna en la provincia, de la variedad manzanilla cacereña, y los olivos se extienden por ella como un auténtico mar verde; lo mismo que sus infinitas dehesas de encinas y alcornoques, que alimentan cerdos y terneras selectos. Y tan relevante como olivares o dehesas es el cultivo del cerezo, en toda la sierra, fundamental para la economía de sus pueblos. Excelente miel, mejores quesos, magníficas huertas, productos silvestres como setas o castañas y ser una de las zonas productoras por antonomasia de la I.G.P. Ternera de Extremadura la convierten en el lugar idóneo para perderse y encontrarse.
Fuente: Redex | Ayto. de Cabezabellosa
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