Mirador del Puerto de las Palomas – Grazalema
La Sierra de Grazalema es el núcleo topográficamente más alto de la provincia de Cádiz. La erosión de los distintos materiales que la componen han dado lugar al paisaje que usted divisa; un conjunto de abruptas sierras calizas separadas entre sí por valles de composición areniscos, margos o arcillosa. Sobre este modelado el ser humano ha dejado su impronta.
La Sierra del Endrinal es el segundo macizo en importancia de los que constituye la Sierra de Grazalema. Esta Sierra presenta un paisaje kárstico muy desarrollado e incluye la segunda altura de la provincia, el Simancón, destacando además el pico de El Reloj. Seguramente le habrá llamado la atención la presencia de una presa (El Fresnillo) que usted divisa, en un entorno con precipitaciones superiores a los 2000l/m2/año. Precisamente este modelo kárstico ha favorecido la infiltración del agua de lluvia a través de diversas grietas y fisuras del terreno, y la relativa escasez de ésta en superficie.
Al fondo se asienta la Sierra de Libar, separada de la Sierra del Endrinal por el Valle del Campobuche o Gaduares. Esta depresión corresponde a un terreno arenisco, lo que marca un contraste no solo geológico y topográfico, sino de vegetación. Esto es debido a que los suelos ácidos, característicos de estos materiales, permiten la implantación de una vegetación propia de estos terrenos, como los alcornoques o incluso los castaños cuyos únicos pies en todo el Parque Natural se encuentran en el Puerto de los Alamillos. Estas manchas contrastan con las extensas masas de encinares, mas características de los suelos básicos propios de los terrenos calizos dominantes en el espacio natural.
Finalmente a su izquierda, entre las enormes moles calizas, se sitúan una serie de materiales menos resistentes a la erosión (margas, arcillas) en los que suelen encajarse la red hidrográfica. Esta topografía, relativamente abrupta, confiere a estos arroyos en su tramo alto un gran poder erosivo. De ahí los valles encajonados que divisa. Esta energía ha sido igualmente aprovecha desde antiguo por el ser humano en forma de batanes y molinos ubicados en la Ribera del Gaidóvar.
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