Benaocaz – Barrio Nazarí
Conjunto Arqueológico de Benaocaz
Los restos arquitectónicos visibles corresponden a los siglos XVII y XVIII, momento en que el pueblo alcanza un mayor esplendor. Hoy día el barrio conserva el entramado urbanístico parcelario y la volumetría de las casas de época musulmana.
Se ven estrechas calles empedradas, viviendas fortificadas a modo de torres, puentes y fuentes alrededor de las que se desarrollaba la vida de sus habitantes.
Benaocaz se configura como uno de los enclaves situados en la frontera Occidental del Reino Nazarí de Granada. En 1485 se conquistó Ronda y se sometió la Serranía de Villaluenga. Posteriormente en 1490, toda ella se concedió en señorío a Rodrigo Ponce de León, entonces Duque de Cádiz.
De las siete villas que conformaban el Señorío de los Ponce de León en la Serranía (Villaluenga, Archite, Benaocaz, Aznalmara, Ubrique, Grazalema y Cardela), se despoblaron algunos durante la mitad del Siglo XVI (Archite, Aznalmara y Cardela), manteniéndose las otras villas que existen en la actualidad.
Los restos más antiguos encontrados en el propio barrio pertenecen a la época romana tardía (siglo IV d.c.). Sería por entonces un lugar de paso y control hacia la Manga de Villaluenga, vía natural de comunicación con la Serranía de Ronda desde la Prehistoria. Existen restos almohades, pero tras el emplazamiento de la frontera a mediados del SXIII hacia nuestra zona.
La Casa Fortificada
Tras la configuración de la Sierra de Cádiz como frontera entre los reinos de Castilla y de Granada en el siglo XIII, la zona se irá fortificando paulatinamente conforme avanzan las conquistas. Como vanguardia del sistema defensivo musulmán estaban los castillos de Aznalmara (Tavizna) y Cardela (Fátima), quedando Benaocaz en segunda línea de defensa.
El asentamiento estaba muy bien protegido. Situado a 793 m. de altitud en la ladera occidental de la Sierra, las nubes que traen los vientos quedan atrapadas en la falda de la montaña, haciendo prácticamente invisible al pueblo en días de niebla. El lugar se encuentra rodeado por la Sierra Alta, la del Endrinal y la del Caillo, que ofrecen un importante obstáculo natural.
Sin embargo, como excepción de otros asentamientos de la época, no se han encontrado restos de muralla que circundara el núcleo urbano, por lo que el entramado de las viviendas y su tipología constructiva debían prestar la protección necesaria en los momentos de enfrentamiento.
De este modo, las casas forman calles estrechas y serpenteantes, favoreciendo el factor defensivo. Su emplazamiento, en una ladera escarpada, hacía que los gruesos muros, carentes de vanos anchos, resultaran aun más altos y sirvan de defensa; algunas debieron tener auténticos torreones. Los accesos al Barrio eran estrechos y en recodo, con lo que cualquier obstáculo móvil impedía la entrada de caballería. Nos encontramos, por tanto, ante un auténtico barrio fortificado.
Con esta tipología perviven aun muchas viviendas que conservan su identidad islámica, aunque han sufrido sucesivas reformas posteriores, fundamentalmente la apertura de ventanas y puertas y la reestructuración de los espacios interiores.
Más sobre el Barrio Nazarí de Benaocaz
Excavación en el solar nº 7
Durante la campaña del año 2000, el proyecto Arqueosierra llevó a cabo una serie de actuaciones en las que se recuperaron dos viviendas abandonadas a principios del s. XIX y utilizadas posteriormente como muladar.
La calle podría ser la que las fuentes documentales llaman “Escaruela”, que se empedra con forma de “espina de pez” (una línea central y otras diagonales a esta) en 1724. De hecho, se vendría utilizando desde más antiguo, aunque se aprovecha el momento de bonanza económica del pueblo para empedrarla. Hay que destacar la práctica ausencia de escalones para salvar la inclinación de la ladera.
Las viviendas laterales sufrieron a lo largo del tiempo sucesivas reformas. En la más meridional se han constatado tres fases de ocupación mostrando incluso tres niveles de empedrado en una de sus estancias.
Las dos aprovechan el desnivel de la ladera para disponer de un piso superior que utilizarían como “soberao”, conservándose en la vivienda norte el inicio de la escalera (del tipo de “vuelta”) por la que se accedía al mismo. La arquitectura de las viviendas se adapta al terreno, incluyendo en sus paredes grandes rocas naturales. La fábrica constructivautilizada es el mampuesto, mostrando en su interior al menos cuarenta capas de encalado, cuyo color es a veces rojo. Las puertas exteriores se encuentran abocinadas y presentan un escalón en su entrada.
- Cocina: muestra un hogar sobre el empedrado, pintura roja en la pared y pequeños poyetes en las esquinas para los utensilios.
- Dormitorio: es la estancia más protegida del frío invernal y muestra huellas de un utilizado en una fase anterior.
- Despensa: presenta una capa de yeso en parte del suelo que actuaría como aislante para el almacenaje de los alimentos.
- Cuarto de trabajo: presenta tres niveles de empedrado y huellas de un hogar, utilizado posiblemente para caldear la estancia.
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