Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación
Situada en la Plaza Baja, hoy denominada “de la Despedía”, es un símbolo para el pueblo de Álora junto con el castillo árabe. De planta basilical, consta de tres naves, separadas por gruesas columnas toscanas, hechas a base de grandes sillares, sobre las cuales se alzan arcos de medio punto en cuyas enjutas se representan las pinturas de los Apóstoles. La armadura, cuya madera fue adquirida en Flandes, es rectangular de lima bordón hacia los pies, de par y nudillo, con tirantes de lazo, crucetas y estrellas en el centro y extremo de ellas. Numerosos altares decoran las naves laterales mientras que en la nave central discurren frescos de los Apóstoles que nos conducen al Altar Mayor, lugar en el que admiramos un magnifico retablo y pinturas de los evangelistas.
Desde el momento de la reconquista, los Reyes Católicos mandaron a construir la primera parroquia, conocida como la Capilla de las Torres. Ésta estaba ubicada sobre lo que fue la mezquita del castillo, donde aún se conserva parte del edificio gótico inserto en la fortaleza. A medida que el pueblo fue creciendo, se vio la conveniencia de emprender la construcción de un nuevo templo parroquial más amplio y acorde con la importancia y la población de la nueva Álora. Se acordó entonces su edificación en la que hoy es la Plaza Baja. Su construcción duró casi todo el siglo XVII, entre 1600 y 1699, mientras que su ornamentación con pinturas, retablos y yeserías es del siglo XVIII, constituyéndose entonces como una de las iglesias más grandes de la Diócesis de Málaga, después de la catedral.
Imagen María de Nuestra Señora de las Flores
Los repobladores cristianos de Álora, procedentes en su mayoría de las localidades de Cumbres Bajas y Encinasola, fueron los responsables de edificar la ermita de Flores. Éstos solicitaron a la reina Isabel la Católica una imagen de la Virgen para venerarla en el nuevo edificio, la cual debía adquirir la advocación de Nuestra Señora de Flores, puesto que en Encinasola contaban con una imagen con igual título.
En el rostro de la Virgen predomina su mirada al frente, y un gesto imperioso, rozando una entrañable frialdad. La talla, de 1502 y autor desconocido, lleva en su mano derecha un cetro, mientras que en la izquierda porta la delicada figura del Niño Jesús. Este último le fue incorporado a la Virgen probablemente en el siglo XVIII ya que tanto la alegre gesticulación como la pequeña tórtola que porta en su mano izquierda hacen pensar en tal cronología.
Festividad de la Virgen de Flores: 8 de Septiembre
Fecha de estancia de la imagen ene l templo: Desde la mañana del domingo anterior al 30 de agosto, en la que la imagen es trasladada a la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación para celebrar los cultos en honor a su advocación. Permanece en este templo hasta el domingo siguiente al día 8 de septiembre, cuando regresa en romería al Santuario de Nuestra Señora de las Flores.
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