Complejo Alfarero del Sector III de Camposoto – San Fernando
El Complejo Alfarero del Sector III de Camposoto se encuentra al sureste de la ciudad, en las proximidades del denominado Cerro de la Batería (junto a El Pedroso), que ya fue objeto de estudio en los años 1930 y 1931 por parte de los arqueólogos P. Quintero y M. Astruc, que excavaron un conjunto funerario-alfarero con una serie de estructuras subterráneas compuestas por galerías y cámaras sepulcrales.
A comienzos de 1998, con motivo de los trabajos de preparación de los terrenos para la urbanización del conjunto parcelario denominado Sector III de Camposoto fueron localizados en superficie por técnicos y colaboradores del Museo Histórico Municipal de San Fernando restos materiales y estructuras que se identificaron como pertenecientes a hornos de producción de cerámica púnico-romanos, lo que dio pie a la realización de una intervención arqueológica en la zona. Se llegaron a excavar más de siete hornos fenicios, además de un conjunto muy numeroso de silos y fosas de época islámica almohade y tumbas de época romana republicana. Tras el estudio preliminar del alfar se han podido distinguir tres grupos de hornos diferenciados:
Grupo I.- Dicho complejo encuadra a los hornos I y 5. El horno I apareció al desbrozar el terreno casi en superficie, con el material cerámico en su interior y conservando parte de la pared de la cámara de cocción. Bajo él la parrilla intacta, sin embargo la zona de acceso se había hundido. Es de planta circular y con un pilar central ovalado unido a la pared. El horno 5 se encontraba a 4 metros enfrente del otro. Presenta una parrilla de alrededor de I metro de diámetro con seis toberas. El lugar de la entrada estaba seccionado por una zanja rellena con material cerámico, defectos de cocción, escorias y restos óseos de animales y malacofauna. Estaba totalmente colmatado en su interior y no tenía entrada ni pilar que sustentase la parrilla. Dicho horno ha sido extraído y trasladado al Museo Histórico Municipal de la ciudad. Junto a estos hornos se excavaron sus vertederos con restos cerámicos, escorias, adobes, defectos de cocción y restos de pequeños animales y malacofauna. Entre todos ellos cabe destacar varias ánforas completas del tipo T-I.I.2.I.3. además de otras formas cerámicas pintadas y comunes.
Grupo 2.- El segundo grupo lo componen los hornos números 2 y 3: el horno 2 apareció bajo una enorme escombrera de material cerámico púnico. Construido sobre una fosa excavada en la arcilla, conservaba un resto de la parilla y parte de la cámara de cocción, y ningún resto de la cámara de combustión. Su planta es del tipo “omega”, circular con un pilar central ovoide unido a la pared. El horno número 3 se localizó junto al nº 2. Conservaba la cámara de combustión, con parte del pilar central, parte de la parrilla y parte de la cámara de cocción, siendo su planta de forma elíptica. Dicha cámara estaba totalmente colmatada, destacando la gran cantidad de material cerámico hallado en su interior. La parrilla sólo se conserva en parte, está en la zona contraria a la entrada, con seis toberas o agujeros de aireación. El pilar central, conservado también en parte, tiene forma elíptica, no presentando prolongación hasta la pared trasera del horno. Enfrente de estos dos hornos existía un relleno de ánforas completas (más de 50 ejemplares) del tipo T-II.2.I.3 probablemente rellenas de salsas de pescado que debían estar almacenadas junto al taller esperando su traslado.
Grupo 3.- Estaba conformado por los hornos números 4, 6 y 7 que se situaban a escasa distancia del horno 3 en dirección al Grupo I. Los tres hornos compartían un mismo espacio de carga, a donde embocaban sus respectivas entradas. Sus dimensiones eran más reducidas que los del resto del conjunto alfarero.
El horno 4 era el de mayores dimensiones de los de este grupo, siendo su estado de conservación muy deficiente ya que sólo se conservaban los restos del fondo de la cámara de cocción, la base de la columna central y el pasillo de entrada. Los hornos 6 y 7 completan el conjunto, ambos de morfología piriforme, poseyendo la peculiaridad de haber sido construidos utilizando como materia prima bloques de fragmentos de escoria cerámica procedentes de los grandes hornos de sus proximidades. Entre estas estructuras, el honro 6 fue trasladado al Museo Histórico Municipal de San Fernando, dada su característica morfológica (sin columna central y con reducidas dimensiones) que presentaba una novedad respecto al resto de estructuras excavadas en el yacimiento.
La construcción de cada uno del los conjuntos de hornos se basó en primer lugar en la excavación de una fosa de grandes dimensiones en el terreno, colocándose las estructuras en los bordes de las fosas en posiciones diversas: enfrentados o juntos con los corredores de acceso orientados hacia un mismo punto. Las ánforas eran almacenadas en número considerado junto a los hornos y algunas de ellas han sido documentadas junto a las estructuras con claras muestras de haber sido usadas por los propios alfareros para su propio consumo. Los conjuntos documentados agrupaban a un horno de mayores dimensiones y otro más pequeño, delatando así la especialización de algunas estructuras para la cocción de formas de tamaño considerable (ánforas y pithoi, por ejemplo) mientras que los más pequeños debieron centrarse en otras categorías de proporciones reducidas o más delicadas (piezas barnizadas, pintadas o terracotas).
Es difícil de precisar la cronología de la actividad de estos tres conjuntos alfareros, si bien esta no debió exceder el periodo 525-400 a.n.e., o quizás algo más, aunque por el momento es muy difícil precisar si los conjuntos se sucedieron en el tiempo o funcionaron de forma sincrónica. La producción de esta alfarería fue, al contrario de lo que pudiéramos suponer, bastante más diversificada, aunque la fabricación de las ánforas de salazones T-II.2.I.3 era sin duda la piedra angular de su actividad. Además de este tipo anfórico se manufacturaron otros tales como imitaciones de perfiles jonio-massaliotas y corintios. Asimismo, se tornearon cerámicas pintadas (como jarras, fuentes, espuertas, cuencos, carretes o grandes platos), cerámicas de pasta gris y fragmentos de platos de engobe rojo, además de cerámicas de imitación –copas de barniz negro áticas-. La manufactura de terracotas también parece que fue uno de los campos en que se especializaron los alfareros de este taller, representando en ellas divinidades como Astarte. Por otro lado, también son numerosos los hallazgos de restos óseos de malacofauna y restos de pescado, en especial atunes, que delatan la estrecha vinculación de la actividad alfarera con la pesca y la manufactura de salazones. Este taller, articulado en al menos tres conjuntos de hornos que funcionaron de manera más o menos sincrónica, puede ser tomado como ejemplo paradigmático de este tipo de instalaciones para los ss. VI-IV a.n.e. debido a su excepcional estado de conservación y a la enorme riqueza de su registro arqueológico, con hallazgos que se presentan actualmente claves para la historia de la ciudad.
Horno 1 Sector III de Camposoto
Se trata de un horno de planta circular de grandes dimensiones (3,20 metros de diámetro y alrededor de 1,90 de altura), con un estado de conservación único en el Mediterráneo Central y Occidental, al haberse preservado casi íntegramente la parrilla y parte de arranque de los muros de adobe de la cámara de cocción.
La estructura se construyó realizando una gran fosa en el terreno que fue cubierta por una capa consistente de arcillas rojas refractarias, sobre la que se adosaron los adobes plano-convexos rectangulares y la argamasa que componen la cámara inferior o de combustión. El pilar central, de forma ovoide, se construyó a base de adobe y argamasa, fijándose por la parte posterior a la pared con un pequeño murete de tapial que delimita dos zonas o lóbulos en la cámara de combustión. Este pilar sostiene la parrilla, construida con adobes, arcilla y fragmentos cerámicos defectuosos, con 16 toberas circulares dispuestas en círculos concéntricos que permitían el paso del calor hacia la cámara superior. Ésta, donde se disponían las cerámicas a cocer, se rodeaba de un murete realizado con adobes cuadrangulares trabados con arcilla y endurecidos por el efecto del calor con el propio uso del horno. Por su morfología, recuerda tipos de hornos cerámicos próximo-orientales documentados en Fenicia a partir del II milenio a.n.e., pero sus paralelos formales más cercanos lo encontramos en otras colonias fenicias como la ciudad siciliana de Mozia.
Por su gran tamaño y sólida construcción, la producción de este horno debió centrarse en la cocción de ánforas, pithoi, imitaciones de ánforas griegas y toras categorías vasculares de grandes o medianas proporciones, si bien el registro arqueológico de su relleno interno muestra que también debieron manufacturarse en él otros tipos cerámicos como cuencos, platos vasos, lebrillos, pesas o carretes. La datación del horno, en base a sus paralelos morfológicos y a la cronología de las cerámicas de su relleno podemos situarla entre el último tercio del s. VI y la primera mitad del s. V, en el momento de mayor auge de la exportación de las salazones de pescado de Gadir a todos los rincones del Mediterráneo.
Horno 2 Sector III de Camposoto
Se trata de un tipo de horno de grandes dimensiones (4 metros de largo y 3 metros de diámetro), muy similar al Horno I, pero en peor estado de conservación al no haberse encontrado la parrilla. El método de construcción, muy similar al resto de hornos del taller, consistió en la excavación de una fosa, enfoscada con arcilla y argamasa de cal y enlucida con adobes plano-convexos cuadrangulares (de 45×30 cm. aprox.) que conforman las paredes de la cámara de combustión. El pilar central que sostendría la parrilla, de forma ovoide y unido a la pared de horno por la parte posterior, se realizó con arcilla, adobe y tapial. De la parrilla sólo se conservan restos de su arranque en las paredes del horno, lo que ha permitido que sepamos que estuvo construida con arcilla y fragmentos cerámicos de las toberas. La cámara de cocción, delimitada por un murete de adobes cuadrangulares, se conserva en parte. Una característica muy interesante de esta estructura es la existencia, en la zona del corredor de acceso a la estructura, de una entrada realizada en mampuestos de piedra ostionera, probablemente construido para reforzar la parte más débil de este tipo de hornos. Sus características morfológicas acercan el Horno 2 a otros ejemplares documentados en el ámbito mediterráneo fenicio como los documentados en la ciudad siciliana de Mozia o el denominado Horno D de la metrópolis oriental de Sarepta.
La producción principal de este horno debió ser la de ánforas de tradición gadirita T-I I.2I.3 e imitaciones de tipos griegos, como parece mostrar la zona de almacenaje de ánforas documentada en el transcurso de la excavación delante de los Hornos 2 y 3. Asimismo, es probable que se cocieran en este horno otras formas cerámicas comunes como pithoi, cuencos, jarras, platos, vasos, cazuelas, lebrillos, ollas, pesas o carretes. La datación del horno puede situarse entre los últimos años del s. VI y la primera mitad del siglo V a.n.e., respondiendo a un momento de gran prosperidad de Gadir.
Fuente: Complejo Alfarero del Sector III de Camposoto | Ayto. de San Fernando
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